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¿Por qué los votantes irlandeses rechazaron el Tratado de Lisboa?

EU leaders pose in front of a European f

Los votantes irlandeses dicen ‘No’ a las ambiciones de las elites políticas europeas, que desean que todos los 27 Estados Miembros de la Unión Europea ratifiquen el Tratado de Lisboa.

¿Por qué los votantes irlandeses rechazaron el Tratado de Lisboa?

Soeren Kern | Grupo de Estudios Estratégicos | 19 de junio de 2008

El 12 de junio los votantes irlandeses dicen ‘No’ a las ambiciones de las elites políticas europeas, que desean que todos los 27 Estados Miembros de la Unión Europea ratifiquen el Tratado de Lisboa. El también conocido “Tratado de Reforma” (que tiene 269 páginas y 3.000 páginas más en anexos) va a transformar la UE en un superestado europeo.

Irlanda fue el único país que presentó el tratado a una votación popular; todos los demás Estados Miembros de la UE quieren ratificar el documento a través de procedimientos parlamentarios. Aunque según la legislación de la UE el voto irlandés (53,4 por ciento dijo ‘No’ y 46,6 por ciento dijo ‘Sí’) debe anular el tratado (ya que requiere la aprobación unánime para entrar en vigor), los políticos europeos están buscando una manera de mantenerlo vivo.

Uno de los principales objetivos del tratado (que es prácticamente ilegible) es convertir la UE en un “actor geopolítico global” que pueda contrarrestar a los Estados Unidos en la escena mundial. Para lograr este objetivo, las élites europeas dicen que la UE debe hablar con “una sola voz” en los asuntos internacionales. En este contexto, el nuevo tratado está diseñado para crear el nuevo puesto de (un no electo) presidente europeo, así como el de un poderoso ministro de asuntos exteriores europeo. Asimismo, quiere establecer un cuerpo diplomático europeo con sus propias embajadas y un ejército europeo.

Como muchos observadores de la política europea bien saben, la democracia no resulta fácil en un continente en el que las elites se ven a sí mismas como una aristocracia con derecho a reinar sobre las “masas ignorantes”. De hecho, el bienestar social europeo ha estado basado en el tácito quid pro quo de “pan y circo” (es decir, “el estado niñera”) para la población en general, a cambio de su fiel obediencia a las clases intelectuales y políticas.

Por lo tanto, no hay gran sorpresa al ver que la palabra ‘No’ no existe en el léxico político europeo. Después de que los votantes en Francia y los Países Bajos rechazaron la Constitución Europea (de la cual el Tratado de Lisboa es una réplica casi exacta) en 2005, las élites europeas aconsejaron a los “malhechores” repetir la votación hasta que llegaran a la respuesta correcta.

Y ¿cuál ha sido la reacción esta vez al nuevo rechazo? ¿Los políticos europeos, que dicen que quieren traer a Europa más cerca de la gente, van a aceptar la voluntad de los votantes irlandeses?

Lo que sigue es un breve resumen de las observaciones formuladas por algunos selectos líderes europeos, tanto antes como después del referéndum irlandés. No sólo proporciona una explicación de por qué los votantes irlandeses rechazaron el Tratado de Lisboa, sino que también arroja alguna luz sobre el estado de la democracia en la Europa contemporánea.

Antes del referéndum:

• El Primer Ministro irlandés Brian Cowen dijo que no importaba si la gente no había leído y entendido el tratado (él admitió, que tampoco lo había leído) porque deben confiar en sus líderes elegidos.

• El Ministro de Asuntos Exteriores francés Bernard Kouchner amenazó a los votantes irlandeses si no aprueban el tratado: “Las primeras víctimas serían los irlandeses. Ellos se han beneficiado más que otros,” advirtió.

• El Presidente francés Nicolas Sarkozy dijo: “No habría tratado si tuviéramos un referéndum en Francia.”

Sarkozy dijo: “Cuando la gente dice ‘No’, no podemos decir que la gente está equivocada. Tenemos que preguntarnos por qué se dice ‘No’.

• La Canciller alemana Angela Merkel dijo: “Por supuesto [el Tratado de Lisboa] está todavía muy lejos de la claridad de nuestra Constitución sobre cómo están realmente delimitadas las competencias.”

• El ex presidente francés Valéry Giscard d’Estaing dijo: “La diferencia entre la Constitución original y el presente Tratado de Lisboa es de enfoque, y no de contenido… las propuestas contenidas en el tratado constitucional original siguen prácticamente sin cambios. Ellas simplemente se han dispersado a través de los viejos tratados en forma de enmiendas. ¿Por qué este sutil cambio? Por encima de todo, para evitar cualquier amenaza de los referéndum evitando cualquier forma de vocabulario constitucional… Pero al levantar la tapa y mirar en la caja de herramientas: todas las mismas innovaciones y herramientas eficaces están allí, como estuvieron cuidadosamente elaboradas por la Convención Europea.”

D’Estaing dijo: “Se llevó a adoptar, por la opinión pública, sin saberlo, las propuestas que no nos atrevemos a presentarle directamente… Todas las propuestas anteriores están en el nuevo texto, pero se ocultan y encubren de alguna manera.”

D’Estaing dijo: El enfoque “es mantener las innovaciones del Tratado Constitucional y dividirlas en varios textos a fin de hacerlas menos visibles. Las disposiciones más innovadoras quedarían simplemente como sencillas modificaciones de los Tratados de Maastricht y Niza. Las modificaciones técnicas se juntaron en un tratado inofensivo. El conjunto será dirigido a los Parlamentos, que decidirán con votaciones por separado. La opinión pública, sin saberlo, por lo tanto, adoptará las disposiciones que no aceptaría si se le presentaran directamente.”

• El Ministro de Asuntos Exteriores irlandés Dermot Ahern dijo: “La sustancia de lo que se acordó en 2004 se ha mantenido. En realidad, lo que se ha quitado es el término ‘Constitución’.”

• El Primer Ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker dijo: “Por supuesto que habrá transferencias de soberanía. Pero ¿Sería inteligente llamar la atención de la opinión pública sobre este hecho?”

Juncker dice: Los temores relacionados con el tratado “se derivan con frecuencia por el hecho de que usamos un idioma incomprensible para la gente común.”

• El Ministro de Asuntos Exteriores belga Karel de Gucht dijo: “El objetivo del Tratado Constitucional iba a ser más legible; el objetivo de este [Tratado Lisboa] es ser ilegible… La Constitución destinada a ser clara, mientras que este tratado tiene que ser poco claro. Es un éxito.”

• El Presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso dijo: “A veces me gusta comparar a la UE como la creación de un imperio. Tenemos la dimensión del imperio, pero hay una gran diferencia. Los imperios normalmente se hacen con la fuerza y con un centro imponiendo su voluntad a los demás. Ahora lo que tenemos es el primer no-imperial-imperio.”

Barroso dijo: “Si hubiera habido un referéndum para la creación de la Comunidad Europea o la introducción del euro, ¿piensa que estos se habrían aprobado?”

Barroso dijo: “Los referéndum hacen que el proceso de aprobación de los Tratados europeos sean mucho más complicados y menos predecibles… cada Estado Miembro que quiera [considerar un referéndum] debe pensarlo dos veces.”

• El Primer Ministro español José Luís Rodríguez Zapatero dijo: “No hemos dejado ningún punto sustancial del Tratado Constitucional [Fuera del Tratado de Lisboa]…”

• El Presidente italiano Giorgio Napolitano dijo: “Aquellos que van en contra de la UE son terroristas. Se trata de terrorismo psicológico sugerir el espectro de un superestado europeo.”

Un memo filtrado de la Embajada británica en Dublín con fecha de febrero, que resume una reunión informativa sobre el pensamiento del gobierno irlandés sobre el referéndum, dice que la campaña no se centraría en los detalles del tratado, ya que era “en gran medida incomprensible para el lector.” El Gobierno irlandés quería celebrar el referéndum en octubre de 2008, pero decidió celebrarlo en una fecha anterior a causa del riesgo “demasiado grande de inconvenientes que podrían ocurrir durante la Presidencia francesa [de la UE, que comienza el 1 de julio] – particularmente en relación con la política de defensa de la UE que podrían alienar a los votantes irlandeses.” El informe muestra que los diplomáticos irlandeses describen a Sarkozy como una persona “totalmente impredecible.”

Oficiales irlandeses dijeron que querían que los funcionarios europeos en Bruselas mantuvieran un “bajo perfil” antes del referéndum sobre cualquier cosa que pudiera impedir el apoyo a un ‘Sí’. La vicepresidente de la Comisión Europea Margot Wallstrom, le dijo a Ahern que estaba “dispuesta a rebajar o retrasar los mensajes que pudieran ser problemáticos.”

Después del referéndum:

Barroso dijo que ha hablado con Cowen y estaba de acuerdo con él en que el ‘No’ no era un voto contra la UE. “Irlanda sigue comprometido con una Europa fuerte,” dijo. “El tratado está vivo. Las ratificaciones [en otros Estados Miembros de la UE] deben seguir su curso.”

• El Primer Ministro esloveno Janez Janša, cuyo país ocupa actualmente la presidencia rotativa de la UE, dijo: “Voy a invitar al Primer Ministro irlandés para que me explique las razones del rechazo del tratado por el pueblo irlandés.”

• El Ministro de Asuntos Exteriores Finlandes Alexander Stubb dijo: “El tratado no es muerto.”

• El Primer Ministro polaco Donald Tusk dijo: “Vamos a buscar de manera efectiva los medios para asegurarnos de que [el Tratado de Lisboa] entre en vigor. Independientemente de los resultados del referéndum en Irlanda… Europa va a encontrar de una forma u otra la aplicación de este tratado.”

Juncker dijo: “Esta votación no resuelve ninguno de los problemas europeos, sino que hace que cada problema europeo sea más grande. Se trata de una mala elección para Europa.”

• Sarkozy y Merkel emitieron una declaración conjunta diciendo que tienen “la esperanza de que otros Estados miembros continúen con el proceso de ratificación.”

• El Ministro de Asuntos Exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier dijo: “El proceso de ratificación debe continuar. Todavía estoy convencido de que necesitamos este tratado.”

• El Ministro de Asuntos Europeos francés Jean-Pierre Jouyet habló de la búsqueda de una “solución jurídica” que permitiría a Irlanda ratificar de todos modos el tratado.

• El Secretario de Relaciones Exteriores británico David Miliband dijo que el Reino Unido va a continuar con la ratificación, manifestando: “Es justo que sigamos con nuestro propio proceso.”

• En una conferencia de prensa en Bruselas, el 13 de junio, los periodistas y otros miembros de la prensa (supuestamente imparciales, pero frustrados y enojados) atacaron al portavoz de la Comisión Europea Johannes Laitenberger por no haber hecho lo suficiente para refutar los “mitos y falsos rumores” que condenan el tratado en Irlanda.

Soeren Kern es Analista Principal de Relaciones Transatlánticas en el Grupo de Estudios Estratégicos

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